¿Sabes distinguir entre consejos y opiniones?
La mayor parte de la gente da una opinión cuando piensa que está dando un consejo.
Si pides un consejo a alguien que no ha tenido experiencia y logros en ese tema en particular en el que tienes inquietudes, lo único que puede darte es una opinión, por el simple hecho de que esa persona no ha pasado por aquello en lo que tú estás pasando.
Si le preguntas a una persona que lleva 20 años de carrera en un corporativo sobre cómo arrancar una empresa, el te dará una opinión. Pero si tú le preguntas a alguien que ya ha llevado un negocio exitoso, esa persona te podrá dar buenos consejos.
Las opiniones, inteligentes o no, pueden ser muy bien recibidas, pero los consejos vienen exclusivamente de personas que ya han logrado las cosas.
Analízalo. La inmensa mayoría de las personas que te “aconsejan” en realidad es una mera opinión.
Aquí viene la parte dura: muchas veces solemos dar muchísimo valor a una opinión de personas que amamos o que admiramos. Si papá, que nunca puso un negocio te dice que no te lances con tu proyecto porque está difícil y es más seguro tener tu trabajo, te está dando su opinión. Agradécela, respétala y luego ignórala. Es tu vida, tus metas, tu intuición y tu opinión es la única que debe importar.
Sí, es probable que en este momento estés diciéndome groserías por decirte que ignores las opiniones de papá o mamá. Pero esto es así. Estamos acostumbrados a pensar que las personas que amamos y que han cuidado de nosotros toda la vida o han dado mucho por nosotros tienen sabiduría para guiar nuestro camino.
Si tienes dudas sobre cómo comenzar algún proyecto que tengas en mente, no busques consejos en las personas que nunca lo han hecho, por mucho que las ames. Busca consejos en personas que ya han pasado el camino que estás por emprender y que pueden decirte en dónde encontrarás piedras.
Busca consejos. Ignora opiniones.